Malenos y Redes Sociales

   A la hora de crear un árbol genealógico uno se da cuenta de los problemas y facilidades con los que se encuentra. 

   Una fabricación del árbol geneaológico "tradicional" sería la de ir preguntando a familiares y conocidos acerca de sus recuerdos para ir luego completándolos con jornadas maratonianas en los archivos... Desde luego que si alguna vez tengo tiempo suficiente, no habrá más narices que sumergirme entre partidas bautismales y de defunción para intentar reconstruir a los MALENO.

   Sin embargo, a estas alturas de la película las nuevas tecnologías también nos permiten avanzar a pasos agigantados. En este mundo de los blogs y del Facebook (FB) es impresionante como uno puede rastrear la vida de los demás -especialmente la de los más jóvenes- a golpe de clic. Hagamos la prueba: tecleemos en la barra del FB "Maleno" y veréis como en un segundo tenemos incluso la cara de familiares de los que no sabríamos nada de no existir estas herramientas de búsqueda (o de "pasanteo", como se diría en Infantes).

   Sólo dos pegas se le puede poner a estas herramientas de rastreo: una, es que somos muchos los que, bien por edad o bien por conciencia, o no tenemos FB (lo más mayores) o no nos identificamos con nuestro nombre en el FB (como es mi caso). Por otro lado, tambien es cierto que los MALENO en el continente americano se nos van de las manos, puesto que allí "maleno" quiere decir algo así como "estar bueno/a" o "merecer la pena".... y por tanto en el FB sale una pléyade de mulatas con las que para nada tenemos que ver. Véase que Google nos cifra con unos 570.000 resultados aproximadamente.

Lo primero que sale en Google Imágenes con MALENO...

   En definitiva, que si, por un lado hemos de tener mucho cuidadito con el FB y con lo que colgamos en la red por la mala utilización que se pueda hacer de esa información, en lo que a mí respecta, dicha información me viene genial. En cierto modo soy una versión del Gran Hermano que vigila a Los Maleno para reconstruir nuestras ramas familiares a grandes rasgos. Con todo, prefiero la información directa que me podáis aportar para adelantar este trabajo.... y para eso.... la comunicación por internet vuelve a ser rápida, poco intrusiva y eficaz.

Nuevos contactos

Recientemente se puso en contacto conmigo otro joven Maleno de Alcubillas interesado por reconstruir nuestra genealogía. Paradójicamente, cuando otros van feneciendo -¿el tío Aurelio?-, los nuevos seguimos intentado conocer algo más de los viejos.

Ponte en contacto con nosotros y entre todos siempre podremos ir reconstruyendo algo más de nuestra microhistoria.

Por cierto, felicidades a todos los Pedro *** Maleno en el día de su onomástica. En eso, algunos también somos herederos, cuanto menos, los nietos de Pedro Maleno Muñoz.

¡Feliz Navidad, Malenos!

¡Feliz Navidad, Malenos!

Con esta entrada, la última de este año, me gustaría desearos una Feliz Navidad, un final de año satisfactorio y uno mejor que viene y que está ya a la vuelta de la esquina.

Hace ya un tiempo que no escribo en esta bitácora y confieso 'mea culpa' pues tanto el trabajo como la vida social de uno he hecho a veces sentirme un poco perezoso para escribir sobre mis batallitas.

Como contaba Pedro Reyes, se acordaba de aquellas navidades en mi casa, en este caso, en el piso del Bar Domingo o bien en casa de mis primos en Villanueva de los Infantes. Yo también me acuerdo de esos días en los que mis primos y yo no parábamos de jugar con lo que teníamos, juguetes, balones, instrumentos de música, etc. o bien viendo esos programas después de las "Doce Uvas" hasta que nuestros padres nos obligaban a acostarnos, que no a dormir, pues seguíamos con la fiestecilla en las camas.

Ahora con unos cuantos años más, echo de menos aquellos momentos de inocentes y sinceros comportamientos, también me acuerdo de los que ahora no están aquí, mi tío Lorenzo o mi padre Eladio, que nos alegraban o bien con sus chistes, su forma de ser o bien cantando un poquito flamenco.

Sólo pido que las generaciones venideras, mis sobrinos: Eladio, Teresa o Irene o bien los sobrinos de mis primos infanteños, también sepan y aprendan a disfrutar de los valores de la familia, pero no de cualquiera, sino de la familia Maleno.

Un beso y de nuevo, ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!

Conexión Valdepeñas-Paris

Ahora que se aproximan las vacaciones de Navidad 2008 y uno tiene que planificar como subdividirse en siete partes para cumplir con toda la familia me vienen a la mente aquellos días en los que uno se iba donde le decían de ir.

No recuerdo cuantas veces fueron, ni tampoco mi edad, pero tengo la imagen de ir para Nochevieja a Valdepeñas a pasar la noche con mis tíos y para mí era toda una novedad. Recuerdo a mi madre contándome la historia de las inundaciones y el porqué del canal, recuerdo un piso de varias alturas en Valdepeñas (la ciudad por excelencia de la zona, lo digo en serio, que uno es de pueblo); recuerdo la figura iniesta de mi tío Eladio y aquellos momentos con mis primos con los que podías echarte a reir con cualquier tontería. Pero, especialmente, recuerdo que ir a la casa de mis primos era ir a ver esa torre Eiffel de marquetería que jamás sabré quién la hizo pero que era -y creo que sigue siendo- una institución en la casa Maleno Patón.

[Antes de cerrar, diremos que parece que este blog va siendo conocido por Maleno cercanos y otros lejanos y espero que no sólo sirva para que nos lean, sino para que también participéis]

Tempus fugit

Es inexorable que en la memoria de los que somos jóvenes, los más jóvenes de nuestras familias, queden los justos recuerdos de nuestros antepasados. De un lado, la naturaleza nos dota de recuerdos cuando ya han transcurrido varios años de nuestra infancia y, por otro, nuestra juventud y "rebeldía" hace no valorar la importancia de estar rodeados de una familia. Pero, aun sabiendo que es imposible haber tenido recuerdos más tempranos de mis abuelos maternos, me arrepiento de no haber podido haber hablado más con ellos, de haberlos visitado con más frecuencia y de haberles preguntado cosas que por aquel entonces ni tan siquiera se me pasaban por la cabeza.

A mediados de los años 80, Pedro Maleno Muñoz (1909) y Carmen Amador Castellanos (1908) estaban en una residencia religiosa de Manzanares y su porte era, aunque cascado por los achaques, de gran dignidad y entereza. Al abuelo Pedro le sobraban ganas de leer, de escribir y percha para el buen vestir pero sus fuerzas se debilitaron por su bastón. Y no me refiero a las garrotas que tanto lo caracterizan en mis recuerdos infantiles sino a su amada Carmen que a finales de la década falleció, llevándose a los pocos años también a Pedro.

En esta imagen sólo puedo ver la necesidad conocernos más, la fragilidad de la vida y la grandeza de amar a quien te ama para dar sentido a estas horas que pululamos por encima de la tierra. El problema es que de esto sólo nos damos cuenta cuando uno ha perdido a abuelos, a padres, a hermanos, a cualquier otro miembro de la familia o a los buenos amigos...

Aquellos maravillosos años......en V. de los Infantes

No hay ocasión en la que un recuerdo con mis primos Pedro Reyes o Francisco Javier me venga a la memoria esos días que pasaba en su casa de Infantes. Ya sé, no les gusta a los infanteños que acortemos el nombre de su localidad a este mínimo. Bueno, que no quiero irme de lo que estaba contando...los recuerdos que tengo de esa grandísima casa, mucho antes que fuese renovada y reconstruída numerosísimas veces, tantas que hay parte que ahora desconozco, son muy agradables. Los patios, la cochera, las habitaciones del primer piso, amplísimas como para jugar al escondite y no terminar nunca, las cocinillas del fondo, la cuadras, etc. son espacios que cada uno tiene su recuerdo.

Por ejemplo, recuerdo algún que otro maitín, para los que desconocen este término tan castizo, la celebración de la Nochebuena, con mis primos en la cocinilla. También, recuerdo jugar por primera vez al ping-pong en esa mesa que no sé si todavía existirá. Es extraño y gracioso pensar que fué allí donde ví por primera vez ese juego que sólamente existía cada vez que iba y que nos pasábamos las horas muertas disfrutando. Además los diferentes patios, el más interior, con las plantas y la palmera de mi tía Isabel, y la piscina móbil en la que nos metíamos cuando éramos muy pequeños. ¡Qué graciosa la foto que me enseñaste, Pedro! Me la tienes que mandar para mostrarla en esta entrada. O bien en la cochera con la canasta de baloncesto...intentando hacer un mate a pesar de nuestra escasa altura. Pero, uno de los recuerdos que tengo más graciosos es un día con el monopatín, mi primo Pedro Reyes y yo, tan pequeños éramos que nos tiramos calle abajo montados en este juguete. Imaginad cómo acabamos....al menos yo recuerdo magullado en las piernas y los brazos....¡normal! pues el patinete cogía una velocidad muy alta y llegaba el momento en el que debíamos de para y teníamos un cruce que debíamos temer, así que nos tiramos de él y así nos fue.

Aquellos maravillosos años......en la vendimia

Son muchos los recuerdos que tenemos y nos vienen a la memoria cuando sale el tema de la vendimia. Esos días previos llenos de nervios y que uno se prepara psicológicamente para lo que iban a ser días llenos de dolores de espalda, comúnmente denominados, "me duelen los riñones", lluvia, cortes en los dedos y demás. Luego, también había cosas positivas como las gachas, las paellas de mi tía Isabel, los chorizos, las morcillas o el "mesao" a la lumbre de gavillas.

En esos años cuando éramos unos pequeños sinvergüenzas, ya se iba atisbando que alguno de nosotros se convertiría en unos artistas un tanto peculiares. Digamos, que durante esos tiempos se fraguaron unos músicos muy especiales. Así de pronto, me viene al recuerdo, esos descansos después de comer, en el remolque con mis primos Pedro Reyes y Francisco Javier cantando las canciones del verano como Valentino, La Decada Prodigiosa y demás....puros "hits" de la época. También, aquellas canciones que escribíamos en la parte trasera de los antiguos almanaques como "Los Pedos" y demás. ¡Qué bichos éramos!

Lo mejor de todo, es que éramos felices, no pasabamos demasiada vergüenza y por el contrario, nos lo pasábamos cada vez que nos juntamos como enanos.